La Casa de Estudios nació en Ceuta, en los albores de 1970. Su principal Fundador, Pedro Gordillo Durán era, por aquel entonces un joven sacerdote, que llegó dispuesto a cambiar, en la medida de lo posible, una triste realidad social con la que se había encontrado: La imposibilidad de estudiar que tenían muchos jóvenes ceutíes por la carencia de recursos.

Los comienzos fueron difíciles. Su idea tuvo que ser oída por muchos antes de hacerles ver que se podría lograr un importante beneficio para la juventud en nuestra ciudad. Por suerte, logró transmitir su entusiasmo e inquietud a otras personas, las cuáles ayudaron a convertir en realidad el sueño de éste humanista, quién consideraba que el no permitir que alguien pudiera estudiar era consentir que se cometiera un gravísimo delito social. Así, con muy poco dinero pero con mucha voluntad y decisión, se puso en marcha esta obra. Una obra que lleva más de tres décadas y media haciendo funcionar su maquinaria, con una estructura capaz de cambiar el sino de muchos hombres y mujeres de nuestra ciudad.

Su pilar principal, es el ideal de convivencia en comunidad, el paradigma de compartir y contribuir entre todos, basándose en un escrito bíblico contenido en los Hechos de los Apóstoles. Un documento supuestamente atribuido al evangelista Lucas, entre el 80 y el 90 d.C., que ha servido para crear y fundamentar la única Institución de esta tipología y características existente en toda España.

La interacción entre los propios estudiantes es diaria y constante, hecho que es vital para que la Asociación transcurra en la dirección adecuada y no se salga de las ideas fundacionales que la diferencian de cualquier otra Asociación de corte estudiantil. Por ello, se hace mucho hincapié en promover las actividades destinadas a fomentar la Convivencia, el Trabajo y el Estudio.

Además de las aportaciones voluntarias, donaciones y subvenciones recibidas, ésta Asociación obtiene la mayor parte de sus ingresos del trabajo realizado por los propios estudiantes que conforman la CE-70, aprovechando los periodos vacacionales en su formación docente para obtener un fondo común que luego ellos mismos utilizan durante el resto del año.

Además de ser el referente de jóvenes y mayores durante las Fiestas de Agosto, la Caseta Ferial, “Las Cañas”, una de las más antiguas en nuestros festejos, es el sello que caracteriza a los estudiantes de ésta Institución, ya que son los propios integrantes, junto a muchos de sus familiares, colaboradores y antiguos alumnos, los que se encargan de montar, cocinar y atender a los usuarios durante todo el transcurso de la Feria, y eso la hace ser tan conocida, frecuentada y respetada por todo el Pueblo de Ceuta, el cual, conoce la singularidad de su función y es sabedor de la enorme obra social que se realiza con tan solo ir a cenar o a beber alguna noche en ella.

Aparte de un local social en Ceuta, la CE-70 mantiene dos pisos de estudiantes en Málaga y otros tres en Granada, ambas ciudades provistas de alto nivel universitario y referente indispensable para acceder a estudios especializados.

Según los conocimientos que los jóvenes han elegido cursar, así se les distribuirá entre las casas existentes y ellos mismos serán los responsables de llevar a cabo todas las tareas domésticas, así como realizar las de índole económica además de, claro está, atender a sus pertinentes estudios.

Más de medio millar de personas han pasado ya por ella en lo que lleva de existencia. Prestigiosos médicos, acreditados arquitectos, reconocidos profesores, elogiados músicos, afamados artistas, ilustres abogados, prósperos empresarios o respetados políticos que han intervenido en el Gobierno local, todos ellos hijos de Ceuta, se formaron gracias a la participación de La Casa de Estudios, sin la cual difícilmente podrían haberlo logrado.

La multiculturalidad, uno de los principales rasgos que más caracteriza a nuestra ciudad, es también una inapreciable impronta reflejada en la CE-70.

Como la necesidad no conoce de raza, credo o religión, La Casa de Estudios acoge por igual a estudiantes cristianos, musulmanes, hebreos o hindúes. Es por lo que “discriminación”, “racismo”, “sexismo” o “intolerancia” son vocablos completamente desconocidos para ésta Asociación.

La Casa de Estudios ha ayudado (y por supuesto, continúa haciéndolo) a muchos ceutíes a transitar un nuevo camino a través del estudio, la armonía, el compañerismo y la tolerancia, fraguando grandes valores en aquellas personas que, el día de mañana, diseñarán y construirán nuestras viviendas, formarán e instruirán a nuestros hijos, nos defenderán ante la justicia o cuidarán y velarán por nosotros cuando enfermemos…

El 2 de Septiembre de 2006, la Casa de Estudios fue galardonada con la Medalla de Oro de la Ciudad Autónoma de Ceuta, la máxima condecoración con la que Ceuta distingue a sus ciudadanos o entidades más arraigados y con una trayectoria reseñable en la historia de la propia ciudad. Fue finalmente reconocida por la innegable labor social que supone conseguir que, a lo largo de treinta y seis años de vida, muchos jóvenes hayan podido y puedan realizar sus estudios universitarios fuera de Ceuta, en titulaciones que nuestra ciudad no dispone y que, de cualquier otra manera, hubiera sido imposible debido al bajo poder adquisitivo de sus familias.

La CE-70 nació con la determinación de ofrecer una esperanza, una opción a lo preestablecido, pero en realidad, ha ido mucho más lejos que todo eso: Ha creado un futuro. Un futuro lleno de personas sobradamente preparadas, forjadas en la convivencia diaria, instruidas en el mundo real y dispuestas a enfrentarse a cualquier reto que la vida les depare. Es el legado de un sueño, el resultado de la lucha de todos los que no se conformaron con lo que el destino les deparó, una gran obra surgida del trabajo, la necesidad y la divergencia social.

Esa es la esencia de La Casa de Estudios y así permanecerá siempre en el corazón de aquellos que alguna vez pasaron por ella, convirtiéndose en una de las experiencias más enriquecedoras y fascinantes de toda su vida.